Es difícil predecir con certeza cómo se desarrollaría Honduras en la actualidad si el Estado no se hubiera separado de la Iglesia. Sin embargo, es posible que la influencia continua de la Iglesia en asuntos políticos y sociales podría haber llevado a una sociedad con valores y normas más conservadoras, con políticas públicas influenciadas en mayor medida por la doctrina religiosa. Esto podría haber tenido implicaciones en áreas como la educación, la salud y los derechos sociales, potencialmente dando lugar a una sociedad con diferentes prioridades y dinámicas sociales en comparación con la Honduras actual.
